Descripción
Sinopsis:
“Era rico, pero santo”. Una aparente contradicción que el papa Francisco, crítico del capitalismo salvaje y egoísta, resuelve con un ejemplo: Enrique Shaw.
Miembro de la élite argentina, nacido en el hotel Ritz de París tras la Primera Guerra Mundial, Enrique eligió un camino inesperado para su linaje: se formó en la Escuela Naval y, tras dejar la carrera militar, se volcó al mundo empresarial con una mirada profundamente humana. Se casó con Cecilia Bunge, hija del fundador de Pinamar, y tuvieron nueve hijos. En Cristalerías Rigolleau, la empresa familiar, fue pionero en promover condiciones laborales dignas, impulsó la ley del salario familiar y fundó la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresa (ACDE). A causa de su activismo católico